Marrakech, antiguo bastión musulmán, es una mezcla de colores, sonidos y tradición. El misticismo de esta ciudad, ubicada al oeste de Marruecos, atrae a miles de viajeros ávidos de experiencias vibrantes. Esta especie de «jardín marroquí», repleto de lujo y encanto, presenta fuertes contrastes, capaces de cautivar todos los sentidos. Hay mucho que ver y hacer en la Ciudad Roja de Marruecos, desde recorrer el entramado de callejuelas de la Medina —que nos introduce a la antigua Marrakech— hasta sumergirse en el bullicio de los zocos. Por supuesto, no faltan lugares de interés, como el Djemaa el Fna (situado en pleno corazón de la ciudad), el Palacio de la Bahía y el Palacio El Badi. Marrakech es un lugar que merece ser vivido y nada mejor que un hotel boutique, con buena valoración y ubicación, para comenzar a hacerlo.
Marrakech es uno de esos destinos imperdibles que merece la pena incluir en cualquier viaje a África. Y es que, cada rincón esconde gemas con encanto, desde la Medina, declarado patrimonio del arte y la arquitectura por la UNESCO, hasta monumentos naturales, como las paradisíacas Cascadas de Ouzoud, situadas a tan solo 150 km de la ciudad. Realmente, es un destino que lo tiene todo: una gastronomía exótica, vestigios de un imperio pasado, una marcada oferta cultural y vistas de postal.
Puede que sea una ciudad bulliciosa y un poco caótica, pero todo eso es parte de la magia que ofrece. Y ahora usted, como otros viajeros, puede experimentar el hechizo marroquí al reservar habitaciones en uno de los hoteles boutique de lujo de Marruecos. Imagínese en un hotel riad restaurado con su propio jardín privado, piscina natural y menú tradicional. ¡Será como estar en el Edén! No hay resort convencional que pueda igualar esa experiencia.
Si está planeando el itinerario de su próximo viaje a Marruecos, le aconsejamos incluir tres paradas obligadas: el Palacio de la Bahía, que es uno de los tesoros arquitectónicos más emblemáticos de Marruecos; la Muralla de Marrakech, con sus diez puertas, incluyendo Bab Agnaou; y la Cúpula Almorávide, a pasos de la Mezquita de Ben Youssef.
La antigua capital de los almorávides, fundada hace más de mil años, fue, por mucho tiempo, el centro económico, político y cultural de los musulmanes de occidente. Hoy en día, alberga monumentos majestuosos, que podrá apreciar a pie de calle, e incluso desde la terraza o piscina de su habitación. Hablamos, por ejemplo, de la plaza Jamaa el Fna —un espectáculo de día o de noche— y de los minaretes que adornan el paisaje urbano, siendo el más destacado la Mezquita Koutoubia, con sus 66 m de altura.
Otra cosa que resalta y estimula el paladar es la oferta gastronómica marroquí. Cada bocado es como un viaje a una tierra diferente. Las recetas de Marrakech, cargadas de color y especias, conquistan a todo tipo de comensales, sin importar dónde decidan comer. Hay restaurantes selectos, donde el lujo se aprecia, pero también puestos de comida callejera con sándwiches, cuscús, brochetas y más. Los locales más famosos están en la plaza de Jamaa el Fna, pero suele haber uno o dos sitios estrella en cada zoco de la ciudad.
El jardín más bonito del desierto, Marrakech, tiene sus oasis de encanto, como los Jardines Majorelle, que datan de 1924. El marcado contraste entre las plantas y arbustos autóctonos con el azul vibrante de la edificación sigue siendo un imán para los turistas. Lo mismo sucede con el Jardín Secreto de la Medina, con sus palmeras, tortugas y paseos relajantes.
Además de cascadas y jardines, la naturaleza premió a Marrakech con Essaouira, una costa hermosa, y con el desierto marroquí, ideal para contemplar el cielo estrellado entre dunas. Puede conocer todo esto —y más— quedándose en un alojamiento boutique de lujo. Nosotros le daremos la información, valoración y puntuación de los viajeros. Usted solo deberá introducir las fechas del viaje y elegir una de las habitaciones que ofrece ese riad, palacio u hotel boutique.
Cada barrio de Marrakech tiene su propio encanto y ofrece la oportunidad de conocer la ciudad en un ambiente más informal. Si reserva en la Medina, estará a un paso de algunos de los principales atractivos, por ejemplo, la Mezquita de la Kasbah, las Tumbas Saadinas, el barrio judío y la Plaza des Ferblantiers.
Las opiniones de los viajeros indican que hospedarse aquí es buena idea para quienes desean vivir el destino como un local, ya que los huéspedes pueden pasear por calles pintorescas, visitar los zocos para una tarde de compras y ver a los artesanos elaborando prendas a mano, además de alfombras, cerámicas y joyas.
La Medina de Marrakech también es el hogar del Palacio de la Bahía (construido a pedido del sultán Abdelaziz Si Moussa), el Palacio El Badi (erigido para conmemorar la victoria sobre Portugal) y la plaza Djemaa el Fna; y ofrece varias actividades gratis. Una de las más populares entre los viajeros es sentarse en el jardín de un riad o palacio para escuchar un cuento. Hay muchos cuentacuentos y artistas callejeros por la ciudad y saben cómo recrear una atmósfera excelente para el disfrute.
Palmerie reduce el ritmo, lo que lo hace ideal para los viajeros que están en busca del relax. Este barrio está rodeado de exuberantes jardines; campos de golf selectos; clubes sociales con jardín, patio, terraza, spa y centro de bienestar; y villas de lujo con piscina privada. Hospedarse en un palacio restaurado con diseño marroquí es de lo más común cuando se reserva en Palmerie.
¿Prefiere saborear el encanto moderno de Marrakech? Entonces, le recomendamos echar un vistazo al distrito de Gueliz, un punto del mapa que cuenta con tiendas de moda, cafés elegantes y un ambiente más cosmopolita.
El confort no es un problema para los hoteles boutique en Marrakech. En climatización, van un paso más allá, con aire acondicionado en toda la habitación y calefacción en el baño tipo spa. También abundan las ventanas de suelo a techo y los espacios privados. Es normal que las habitaciones tengan muchos metros cuadrados, más de un ambiente y terraza, balcón o jardín privado.
Los palacios transformados en hoteles de lujo disponen de «hammams», una especie de spa tradicional que revitaliza el cuerpo y el alma. Disfrutar de un masaje corporal con aceite de argán o bañarse en la piscina climatizada será casi una experiencia religiosa. Algunos hoteles boutique de Marrakech, en especial si es un riad, ofrecen clases de yoga gratis en la azotea, degustaciones culinarias y cursos de cocina. Claro, todo depende de la temporada, ya que de junio a septiembre es extremadamente caluroso.
Y volviendo a la gastronomía, la mayoría de los hoteles boutique y resorts de lujo del mapa incluyen las tres comidas: un desayuno copioso y variado, preparado con ingredientes frescos, orgánicos y de alta calidad; almuerzos que parecen ser un banquete; y cenas con platos especiales. La comida sabrosa y abundante es parte de la bienvenida árabe, y el personal del hotel está encantado de compartir esta experiencia con los viajeros.
Los pequeños detalles que ofrecen los hoteles boutique marcan la diferencia: una cesta de pícnic exótica con deliciosos productos locales para una excursión a las montañas del Atlas, un gran pastel cubierto de buganvillas para celebrar una ocasión especial, o simplemente una cálida sonrisa y una conversación genuina en un ambiente informal.
Esta relación cercana con la gente y la cultura de Marrakech es el sello distintivo de una estancia en los hoteles boutique. Los que aparecen en los primeros lugares de nuestra lista tienen las mejores opiniones de los huéspedes, una excelente valoración y una relación calidad-precio insuperable. Así que vale la pena reservar una habitación de hotel en las fechas disponibles.
Hay más para disfrutar en un hotel o riad de Marrakech, desde habitaciones con vistas increíbles hasta una ubicación inmejorable. La arquitectura, el arte y el diseño también son elementos que diferencian a este tipo de alojamiento de un resort vacacional grande.
Depende de sus preferencias. El verano es muy caluroso en Marruecos, pero si planea pasar bastante tiempo en museos, restaurantes, galerías de arte o en la habitación del hotel, riad o palacio; estará a gusto. Al ser una ciudad mediterránea con un clima seco, hay aire acondicionado en casi todas partes, además de piscinas, algunas de interior para evitar el sol, y jardines, que siempre reducen las temperaturas.
Ahora, las mejores fechas de viaje para recorrer la ciudad de punta a punta son, sin duda, de septiembre a mayo. La primavera, que es de marzo a junio, nos regala días soleados con un calor soportable. Otoño, que comienza en septiembre, es la mejor temporada para conocer Marrakech a pie.
Ante todo, introduzca las fechas del viaje. Puede usar los filtros para seleccionar los barrios o zonas de su interés, y el estilo de alojamiento (un riad con piscina, patio interior y azotea con vistas a la ciudad; un palacio restaurado situado en el corazón de la Medina; un resort marroquí con desayuno gratis; entre otros).
Los hoteles con habitaciones disponibles irán apareciendo en el mapa, pero también en un listado que puede ordenar por puntuación, valoración de las habitaciones, cantidad de estrellas y precio en euros (EUR). Tiene la opción de marcar las comodidades que sí o sí debería tener el alojamiento: piscina, spa, ubicación privilegiada, vistas de encanto, jardín, etc.
Antes de elegir uno de los hoteles boutique del mapa, asegúrese de hacer clic en más información. Le diremos todo lo que ofrece el alojamiento. Previo a la reserva, puede visitar el sitio web del hotel para ver las opiniones de los huéspedes. Ya después, solo queda escoger el mejor alojamiento para vivir una temporada de lujo, encanto y confort en la Perla del Sur.